miércoles, 18 de noviembre de 2015

El balotaje desde la óptica de las enseñanzas sociales del Papa Francisco

Por Facundo Barrionuevo

"El padre de la mentira sabe usurpar palabras nobles,
promover modas intelectuales y adoptar poses ideológicas.
Pero si ustedes construyen sobre bases sólidas,
sobre las necesidades reales
y la experiencia viva de sus hermanos campesinos e indígenas,
los trabajadores y excluidos y las familias marginadas,
seguramente no se van a equivocar".
Papa Francisco (Bolivia, 09/07/15)

   Si bien la Doctrina Social de la Iglesia, jamás va a señalar o bendecir un partido o frente político por más que se autoproclame defensor de los valores y principios del cristianismo, nos es posible leer la coyuntura y disputa electoral con los lentes de su enseñanza y ensayar algunas apreciaciones. Es decir, por más que no es de interés de este conjunto de orientaciones eclesiales digitar el voto a sus fieles, sabemos que no puede dar lo mismo cualquier opción.
No es novedad por otra parte, la influencia de los “cuadros” jerárquicos (curas, obispos) como inspiradores y legitimadores ideológicos en las más diversas disputas políticas a lo largo de toda nuestra historia nacional. Incluso reciéntemente, algunos periodistas y operadores políticos dejaron ver la influencia que habían jugado los párrocos y curas “villeros” en la interna PASO del peronismo de la provincia de Buenos Aires y luego en los resultados de la elección del Gobernador de la Provincia. Nadie ignora que Julián Domínguez era el candidato de la amplia mayoría del Episcopado nacional e incluso que llegó a provocar molestias en Santa Marta, que no se produjera el “gesto de humildad” por parte del otro candidato. No da todo lo mismo.

   Ya los gestos, discursos y escritos del Papa Francisco empiezan a formar parte de lo que conocemos como Enseñanza Social de la Iglesia. Y aunque al decir de él “tampoco se deba esperar del magisterio papal una palabra definitiva o acabada sobre todas las realidades que afectan a la Iglesia y al mundo” (cfr. Evangelii Gaudium n°16) bien podemos analizar algunas de sus orientaciones, en función de la elección presidencial que viene.
   En el menú vernáculo que se nos ofrece para ocupar el sillón de Rivadavia, aparece por un lado una oferta claramente neoliberal y conservadora con equipos de trabajo extraído de las gerencias de grandes transnacionales, con recetas de ajuste y endeudamiento, y por el otro, un complejo entramado político que va de izquierda al centro, que encuentra a Scioli como exponente de lo que se espera sea un modelo de desarrollo con inclusión social con un sistema de pesos y contrapesos interno que oscilará entre posibilidades más o menos populares.
   El papa Francisco ha venido desarrollando a lo largo de sus escritos oficiales, discursos, viajes y audiencias, unas máximas que no dejan lugar a dudas lo que debemos mirar en los partidos y candidatos, a la hora de ejercer el derecho ciudadano al voto. Y que de la misma manera nos señalan valores para ejercer como laicos un protagonismo social y político:
   Todavía resuena las palabras, y la emoción que dejó el escuchar a un “Sumo Pontífice” clamar "Ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos, ninguna persona sin la dignidad que da el trabajo" (Discurso a los Movimientos Populares, 28/10/2014), de donde hoy se recupera la consigna “Tierra, Techo y Trabajo” como bandera.
   Pero esto no era una novedad, ya nuestro papa argentino había declarado con fuerza en la Exhortación apostólica”, “hoy tenemos que decir no a una economía de la exclusión y la inequidad. Esa economía mata.”(EG. 53) Y aclaraba “algunos todavía defienden las teorías del 'derrame', que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social” (EG. 54). Es “una economía sin un rostro y sin un objetivo verdaderamente humano” (EG. 55).
   Del mismo modo, ante los reclamos de seguridad, vincula la violencia social a las relaciones de exclusión, y advierte que “hasta que no se reviertan la exclusión y la inequidad (…) será imposible erradicar la violencia” “El sistema social y económico es injusto en su raíz” (EG. 59). Y denuncia que las estrategias de represión y las armas “no resolverán jamás” el daño del tejido social y sobre todo “crean nuevos y peores conflictos”.
   Sobre los pobres y la pobreza, en el Encuentro de Movimientos Sociales realizado en el Vaticano, exhortaba que son “hipócritas” aquellos que abordan la pobreza con "estrategias de contención que únicamente tranquilice y convierta a los pobres en seres domesticados e inofensivos". Señalaba que “Los pobres no solamente padecen la injusticia sino que luchan contra ella”, motivando siempre a la acción social. Pero no ignora que hoy el fenómeno de la exclusión, producto de esta “sociedad del descarte”, es la mayor degradación de la persona, que lo aleja de la sociedad y lo convierte no ya en “explotado” sino en “desecho”, en “sobrante”.
   
   Sería muy extenso abordar todas las cuestiones que ha desarrollado Francisco en estos dos años de pontificado, por ejemplo: el cuidado del medioambiente, la familia, los jóvenes y ancianos, la trata de personas, el narcotráfico, el tráfico de armas, la pena de muerte y la dignidad toda vida humana, la violencia, el fundamentalismo, la inmigración, el lugar y los sufrimientos de la mujer en esta sociedad del consumo, la defensa de las culturas nacionales, los medios de comunicación, la Patria Grande y un largo etcétera. No en vano ha cosechado opositores en todas las geografías y los rubros, desde sectores episcopales y religiosos, sectores del periodismo internacional y local, los exiliados cubanos en Miami, el Partido Republicano en E.E.U.U., etc. etc. etc. 
   
   Ya no es posible citar al Papa y pretender que la salida al “cuello de botella” de la crisis del capitalismo globalizado se resuelva con ajustes y recetas del liberalismo de mercado. Es coherente entonces que, sorpresivamente, algunos ya evitan hablar del Obispo de Roma. Parafraseando al Obispo Miguel Hesayne diremos que: "no se puede citar al papa y ser neoliberal".


   Las grandes tradiciones religiosas a lo largo de la historia, desde Hammurabi hasta las religiones monoteístas actuales, incluso las comunidades indígenas, tienen una ética común, expresada en una máxima que es una constante: “servir a la viuda, dar de beber al sediento, dar de comer al hambriento y vestir al desnudo”, (Cfr. Enrique Dussel) de manera que hay aquí un fundamento raizal como principio de diálogo para una política que parta de los más humildes a todos.
   El Evangelio es claro: “nadie puede servir a dos señores,(...) no se puede servir a Dios o al dinero” (Mt. 6,24). En los textos sagrados, desde el Antiguo Testamento, la inclinación del Señor es la escucha de su Pueblo, de los sufrientes, de los humildes e inspirar a hombres y mujeres libres que se conmuevan por los más olvidados. Como decía Carlos Cajade “si el mundo no se piensa desde el pobre se construye contra Dios”.
   Nos queda señalar que, este “papa del fin del mundo”, no sólo nos da algunas pistas para juzgar la contradicción fundamental que se nos aparece, sino que nos recuerda, en los consejos a los jovenes hablándoles de la evangelización, el camino para defender las conquistas que ya son potestad de nuestro pueblo: la militancia, la movilización, el salir afuera, salir a la calle, no quedarse en la comodidad, tomar la iniciativa, “hacer lío”, “primerear”, buscar motorizar procesos históricos de largo alcance y no la desesperación por los cargos, construir sobre las necesidades reales de los excluidos y marginados.

   Claramente, Francisco toma posición y se ubica de un lado de la vereda, instalando criterios y valores que sirvan como horizonte para la búsqueda de una salida a esta crisis terminal del capitalismo global, tal como lo hemos conocido. Este es el telón de fondo que corre tras la escena de los dos candidatos a presidente de la Nación, eso es lo que está en juego. Nunca dirá a quién votaría, pero nos recuerda: “voten con responsabilidad” y “ustedes ya saben como pienso”.


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